Reliquia de San Judas Tadeo

El pasado miércoles 22 de mayo, la Basílica Santuario de San Judas, recibió la reliquia de primer grado del apóstol y mártir san Judas Tadeo, la cual fue enviada por la Santa Sede a través del Dicasterio para la evangelización de los Pueblos. Esta reliquia fue gestionada por el Padre Luis Ferney López, actual párroco y rector de la Basílica, en el mes de noviembre del año 2023 mientras asistía el encuentro mundial de rectores de santuarios realizado en la Ciudad del Vaticano.

La aprobación a la petición del envío de una reliquia a la Basílica Santuario se dio en el mes de marzo, y fue el día 9 de mayo de 2024, cuando durante la visita del Nuncio Apostólico en Colombia a la Diócesis de Sonsón Rionegro, hizo entrega a Monseñor Fidel León Cadavid Marín y al Padre Ferney López, el relicario que contenía la reliquia de primer grado (parte del cuerpo) del Apóstol de los casos desesperados, con sus respectivas instrucciones y certificado de autenticidad.

Gracias Padre Juan Carlos

Mediante decreto 048 del 11 de diciembre de 2023, Monseñor Fidel León Cadavid nombró al Padre Juan Carlos Orozco Bedoya como promotor vocacional diocesano, y quien hasta la fecha se venía desempeñando como vicario parroquial en nuestra Basílica. Por esta razón, el pasado miércoles 20 de diciembre nos reunimos como comunidad parroquial y peregrinos para celebrar en  nuestra Basílica, la San Misa en acción de gracias por el ministerio del Padre Juan Carlos, y encomendando a Dios su nueva misión.

Junto a la celebración de la Santa Misa, los representantes de los diferentes grupos y comisiones, en un sencillo acto, manifestamos nuestro cariño y aprecio al Padre Juan Carlos por todo el bien realizado entre nosotros durante el ejercicio de su ministerio en nuestra parroquia.  A Él le damos gracias por todo el trabajo y entrega y pedimos a San Judas que lo acompañe en la nueva misión encomendada por la Iglesia a su persona.

 

 

Noviembre, mes de los fieles difuntos

 

II Encuentro Internacional de Rectores y Colaboradores de Santuarios

Del 9 al 11 de noviembre se lleva a cabo este encuentro en el Aula Pablo VI del Vaticano, de cual participan 600 personas de 43 países. Por Colombia se encuentran el Director Nacional de Liturgia de la Conferencia Episcopal, P. Jairo Ramírez, el P. Famer Asprilla Mosquera, O.P del Santuario de Nstra. Sra. de Chiquinquirá, en Boyacá y el Rector de la Basílica Santuario de San Judas Tadeo, Pbro Luis Ferney López.

Después de celebrar la Santa Misa en la Basílica de San Pedro, nuestro querido párroco visitó la tumba del Apóstol San Judas Tadeo, donde encomendó a toda nuestra comunidad a su intercesión. A su vez, aprovechó para sostener un breve diálogo con S.E.Rev. Mons. Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, responsable de los santuarios en el mundo, a quien le habló de nuestra Basílica Santuario de San Judas Tadeo en El Santuario, recibiendo de su parte el compromiso de hacer lo posible por visitar nuestra Santuario.

Plenario del Encuentro

S.E.Rev. Mons. Rino Fisichella

Tumba de San Judas Tadeo

El Nuncio Apostólico, Monseñor Ettore Balestrero, elevó el templo de San Judas Tadeo a la dignidad de Basílica Menor

El  viernes 16 de marzo de 2018, en el municipio de El Santuario, se realizó la solemne celebración Eucarística y ceremonia de Elevación del Templo Parroquial y Santuario Diocesano de San Judas Tadeo, a la dignidad de Basílica Menor, título otorgado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el 6 de diciembre de 2017.

La ceremonia de Elevación estuvo presidida por Mons. Ettore Balestrero, nuncio apostólico del papa Francisco en Colombia, concelebrada por otros 10 obispos, entre ellos monseñor Fidel León Cadavid Marín, obispo diocesano, más de 50 sacerdotes y una gran cantidad de religiosas, seminaristas y fieles, no solo de El Santuario, sino de diferentes lugares del departamento que se acercaron a unirse a esta celebración.

La ceremonia inició en la puerta principal del templo, que estaba cerrada, donde se realizó la lectura del decreto firmado en Roma por el Cardenal Robertus Sarah, prefecto de la congregación, y que llegó a nuestra diócesis en el mes de enero. Posteriormente, el nuncio apostólico, abriendo la puerta, declaraba oficialmente el templo como nueva Basílica Menor, la segunda en nuestro territorio diocesano. Allí mismo, en la puerta, se realizó el toque del tintinábulo, una pequeña campana en un pedestal, uno de los símbolos propios de las basílicas. De ahí se llegó hasta el altar, donde se realizó la apertura del Umbrela, el segundo símbolo de las basílicas y se continuó con la celebración Eucarística.

Durante la homilía, el nuncio manifestó la alegría de estar en una Basílica, que está dentro de un “Santuario”. Recordó que la concesión de este título trata, por un lado, de intensificar el vínculo con la iglesia de roma y con el Santo Padre, es decir, “este título es signo de la unidad de esta iglesia de Sonsón Rionegro con la Iglesia Universal”. Este título, a la vez, promueve la ejemplaridad del templo como centro de particular acción litúrgica y pastoral en la Diócesis, “desde este templo se debe promover, con ejemplaridad, la celebración de los misterios de la fe y la vivencia de los sacramentos en cada uno de los fieles que se acerquen. Es una responsabilidad para todos los habitantes, por tener la capacidad de tener una unión real, de conducir una vida realmente unida a la vida de la Iglesia universal”, expresó monseñor Ettore.

Recibir el título de basílica menor comporta unos compromisos, una misión que se debe asumir, por parte de quienes acompañen en la fe a los peregrinos, y de todos los fieles que se acercan a esta basílica como casa de Dios, para recobrar las fuerzas para seguir al señor practicando las buenas obras, recordó el nuncio apostólico.

Este templo, entonces, es la casa de Dios, el lugar donde habita el rey del universo, que ha querido quedarse en medio de todos por medio de su palabra y de su presencia en el santísimo sacramento de la Eucaristía. Aquí podemos acudir para tener un encuentro con el único y verdadero Rey, con el juez justo que escucha las súplicas y plegarias y da lo que hace falta. “Que cada vez que nos acerquemos a esta basílica, nos acerquemos a rendir un culto de adoración y alabanza a aquel que nos puede indicar el camino, cuando estemos extraviados; cuál es la verdad, cuando nos aseche la mentira y la falsedad y cuál es la verdadera vida, cuando nos envuelva las tinieblas del pecado que engendra muerte y esclavitud”, insistió monseñor Balestrero.

La primera tarea que el señor encomienda, de forma especial a los sacerdotes que trabajan o trabajarán en esta basílica, según el nuncio, es “acompañar a todos los fieles, peregrinos, enfermos y personas que acudirán con distintas necesidades; acompañarlos para darles a conocer los misterios de Dios; lo deberán hacer, principalmente, a través de la celebración gozosa de los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Reconciliación, brindando el alimento de la palabra de Dios y del cuerpo y la sangre de nuestro señor Jesucristo y derramando el bálsamo de la misericordia divina en los penitentes”, indicó el nuncio.

El nuncio les recordó a los sacerdotes que tienen el deber de ser los primeros intachables, coherentes y fieles al ministerio recibido, buscando así, los intereses de Cristo y no los personales. “El Señor, por medio de sus sacerdotes, se debe mostrar cercano, compasivo con los atribulados,  para que salgan fortalecidos, recobren la fe, la paz, la salud, la esperanza y esta es la segunda tarea confiada, educar en la fe, por medio de la proclamación y enseñanza de la palabra de Dios, del anuncio gozoso de la buena nueva de Jesucristo, dándolo a conocer como el enviado del Padre, como el salvador en medio de las dificultades y retos que se presentan a diario en la sociedad que vivimos y en  la cual la iglesia está llamada a continuar la misión de Jesús”, expresó.

A los fieles, que se acercan a este Santuario, el señor los invita a unirse de una manera particular a este acontecimiento. “Ustedes hoy deben comprometerse a no olvidar su condición y dignidad y a vivir acorde a esta; que brille en cada uno la luz de las buenas obras y sea glorificado aquel que está en los cielos. La alegría de esta celebración nos compromete a edificarnos con buenas obras, como templos vivos de Dios”.

Fuente: Diócesis de Sonsón Rionegro

Las Insignias Basilicales

Basílica significa “casa real”. En la antigüedad, en Grecia y Roma eran edificios públicos suntuosos que se destinaban para administrar justicia o salones de trono. Arquitectónicamente su estructura consistía en un gran espacio rectangular que se organizaba en torno a un espacio entre columnas (una nave central) muy ancho que era flanqueado por otras dos o cuatro naves laterales más pequeñas. Tras el Edicto de Milán, se empezaron a erigir templos cristianos usando la forma arquitectónica basilical.

Con el tiempo, la categoría de “basílica” se desligó de la estructura arquitectónica para adquirir un significado litúrgico. Desde el punto de vista litúrgico, un templo es basílica cuando el papa le otorga esta distinción por su importancia, su historia o algún otro aspecto que le de relieve. Así pues, con independencia de que un templo tenga desde el punto de vista arquitectónico tenga un trazo cruciforme, basilical, o de otro tipo, puede tener la categoría litúrgica de basílica por concesión papal.

Hay dos tipos de basílicas: las mayores y las menores. Las mayores solo son cuatro y están en Roma: San Pedro, San Pablo, Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Las basílicas menores pueden estar en Roma o en cualquier otra parte del mundo.

Para obtener el título basilical, un templo debe ser una iglesia consagrada y que tenga una peculiar cuidado en la celebración de la Eucaristía, de la  Penitencia, y los demás sacramentos, contando con la activa  participación de los fieles; debe contar con un número suficiente de clérigos para atender el culto divino y el confesionario; y debe de tener un número suficiente de ministros del altar y una cantores, para fomentar la participación  los fieles, así como la música y el canto.

Cuando un templo tiene el título de basílica, conlleva que los fieles puedan lucrar indulgencia plenaria si se visita el día del aniversario de la dedicación de la misma basílica, el día de la titular principal, en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el día del aniversario de la concesión del título basilical, un día elegido por el obispo diocesano, y el  día elegido una vez al año por cada uno de los fieles.

Las basílicas tienen derecho a usar unas determinadas insignias:

La primera es la umbrela basilical, que es una umbrela hecha con doce franjas de seda o damasco que alternan los colores rojo y amarillo, que son heredados del Senado Romano, y que fueron adoptados para la umbela como insignia del gobierno papal. Se remata por un globo con una cruz, ambos de metal dorado, todo montado en una pértiga. Se coloca en algún lugar de la basílica, y se lleva en las procesiones. La umbrela permanece semiabierta esperando al Pontífice, y solamente se abre del todo para recibir a éste.

La segunda es el tintinábulo, que es una pequeña campana de metal, de, montada en un campanario que se lleva sobre un astil. El campanario es tradicionalmente un bastidor de madera o metal con el titular de la basílica pintado o grabado en una cara y el escudo en la otra. El tintinábulo se usa en las procesiones. Parece que su origen tenía una finalidad práctica, avisar de la procesión.

Tomado de: http://liturgiapapal.org