La Basílica

Venerable siervo de Dios Pbro. Jesús Antonio Gómez

SEMBLANZA DEL SIERVO DE DIOS

PADRE JESÚS ANTONIO GÓMEZ GÓMEZ

(1895-1971)

«EL ANCIANO QUE NUNCA ENVEJECIÓ»

Hijo de Joaquin y Ana

El Santuario, en Antioquia (Colombia), es una población que hace honor a su nombre, situada en la diócesis de Sonsón – Rionegro. Proporcionalmente es la ciudad que más sacerdotes (200) y religiosos/as le ha dado a Colombia. En este ambiente de piedad y virtud nació el 26 de marzo de 1895, un niño que con el correr del tiempo daría claras muestras de santidad. Fue bautizado al día siguiente de su nacimiento, por lo cual el Padre Jesús Antonio solía decir que a él le importaba más la fecha del 27 que la del 26. Porque en aquella fecha había nacido para el cielo, mientras que en ésta había nacido para el mundo.

Sus padres fueron José Joaquín y Ana Joaquina Gómez, cristianos de recia fe tradicional, que supieron comunicar su vida con generosidad: prueba de ello son los 17 hijos, frutos de esa unión, de los cuales hubo 3 sacerdotes, un religioso jesuita, un médico, un abogado, una religiosa concepcionista de clausura, un parlamentario y un militar.

Siempre Estudioso, Periodista y Conciliador

En la escuela urbana de varones y en el Colegio de San Luis Gonzaga, Antonio mostró sus cualidades periodísticas al fundar varias publicaciones estudiantiles.

Se distinguió por su comportamiento ejemplar y su habilidad para servir de mediador en las desavenencias de sus compañeros. En 1914 ingreso al Seminario de Medellín cuando estaba ya por los 20 años. Una pedrada que recibió en la frente cuando era joven, le produjo un aneurisma que le duró toda la vida y que en un momento puso en peligro su ordenación sacerdotal. El Padre Antonio siempre atribuyó a San Gabriel de la Dolorosa el que se hubiera allanado las dificultades.

Cursó con seriedad y aprovechamiento los estudios filosóficos y teológicos; se impartía una enseñanza basada en la escolástica, a la luz casi exclusiva del sistema tomista. Esto, no obstante, el Padre Antonio supo en su ministerio adaptar la doctrina a la situación y comprensión de sus oyentes.

Se entregó con pasión al sacerdocio

Recibió la ordenación sacerdotal de manos arzobispo Manuel José Cayzedo, el 11 de marzo de 1922.

Su primer nombramiento fue vicario cooperador de la parroquia de San Roque. Desempeñó ese ministerio durante un año. Los fieles lo llamaban «La lámpara del Santísimo» porque lo veían constantemente en oración frente al sagrario.

De 1923 a 1929 estuvo de rector del Colegio San José de Marinilla. Luego pasó a ser vicario cooperador de la parroquia de EI Santuario. Las Hermanas Dominicas de la Presentación en Medellín, lo tuvieron como capellán de la Casa Provincial y   del Noviciado de Los Ángeles. En 1936 fue designado director espiritual del Seminario de Medellín, cargo que desempeñó hasta 1956, cuando fue trasladado como capellán de las Carmelitas Descalzas de El Poblado, fracción cercana a Medellín.

Cuando el médico le comunicó que su enfermedad (un cáncer) era terminal, exclamó: «qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor».

Murió el 23 de marzo de 1971. siendo canónigo de la Catedral Metropolitana de Medellín, cargo para el que había sido elegido en 1967.

Orientador de conciencias juveniles en orden al sacerdocio

El aspecto más importante de la vida y labor del Padre Antonio fue el de director espiritual del Seminario de Medellín durante 21 años.

Llegó al Seminario con una rica experiencia pastoral, adquirida a través de los diferentes ministerios desempeñados. Aunque no tenía una formación universitaria,

sin embargo, con su consagración y responsabilidad pudo desempeñar con fruto su labor de formador de seminaristas. Sus pláticas preparadas con cuidado siempre ofrecían una doctrina sólida obtenida en la lectura y trato con los mejores maestros de espiritualidad.

Pero no solamente enseñaba con la palabra, sino con su testimonio. Cuando recomendaba la pobreza, todos sabían que la practicaba en la realidad. En su cuarto no había nada superfluo, ni lujoso, y sabia ser generoso con los que a él acudían en busca de socorro. Si hablaba de humildad, no hubo quien lo superara en su conducta.

Ni una sombra de duda se levantó sobre su celibato.

De su fortaleza dan prueba la constancia y dedicación que puso siempre en las obras que emprendió y que llevó a buen término. Por su prudencia, todos buscaban su consejo. Y siempre guardó la ecuanimidad frente a las diversas presiones a que le sometió la vida. La templanza se manifestó en la moderación que distinguió todos los actos de su vida. Para saber que era un hombre de fe bastaba ver su manera de orar de celebrar, de rezar el Oficio Divino. Su piedad era sólida sin estridencias, ni manifestaciones fuera de lo común. Frente a sus superiores fue respetuoso y obediente y no permitió en ninguna circunstancia una crítica a sus decisiones.

«Se Apostol»

Como profesor sobresalió por la calidad de su enseñanza, por su responsabilidad en la preparación, por la amplitud de sus conocimientos. Se distinguió más que todo

en las clases de español y latín y se esforzaba siempre por despertar en sus alumnos el gusto por el buen decir y la corrección del estilo. Fue el escritor atildado y conciso.

Fundó y dirigió varias publicaciones. Una de ellas «Sé Apóstol» dirigida especialmente a los niños de la Cruzada Eucarística e «In Corde Jesu», dedicada a los sacerdotes, en la cual exponía su pensamiento sobre la vida sacerdotal, con un gran dominio del tema, un cálido amor por los sacerdotes y una comprensión, profunda del corazón humano.

La caridad sobreabundó en su corazón

Sin duda alguna el carisma principal del Padre Antonio fue la dirección espiritual. Seminaristas, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos, acudían a él con confianza y seguros de encontrar la orientación apropiada. La mayor parte de su horario de trabajo lo dedicaba con amor a ese ministerio.

Hasta su muerte fue fiel a esta vocación. En esa labor era donde de un modo especial brillaba la santidad del Padre Antonio. Lo que más llamaba la atención era que, siendo severo y estricto consigo mismo, era humano y comprensivo con los demás. Hacía gala de una gran paciencia y un enorme respeto para escuchar a quien a él se dirigía.

Un Santo Muy Humano

Muchos más aspectos se podrían exponer del Padre Antonio, pero lo dicho basta para darse uno cuenta de que es un candidato para la canonización. El que toda su vida rechazó manifestaciones de grandeza, goza ahora de fama de santo entre cuantos lo sucedieron. No es sino ver los actos multitudinarios que se han celebrado en su pueblo natal con motivo del centenario de su nacimiento, los libros, artículos que se han escrito y conferencias que se han pronunciado sobre su persona.

CRONOLOGÍA

1895

Marzo 26. Nacimiento, en El Santuario, Antioquia, vereda El Carmelo, perteneciente en ese entonces a la Diócesis de Medellín. Hijo de José Joaquín Gómez y Ana Joaquina Gómez.

La Providencia lo colocó en un ambiente de fe sincera, de costumbres sanas y limpias, de piedad fervorosa y de santo temor de Dios.

Marzo 27. Bautismo, Parroquia de Nuestra Señora de Chiquinquirá, de El Santuario

  • Párroco y ministro Pbro. Isaías Aristizábal.
  • Padrinos: Atilano Gómez y Tulia Aristizábal. (Libro VIIl, Folio 137)

De la cuna al Bautismo cuanto antes era la norma de los cristianos comprometidos de la época.

1903

Agosto 30. Confirmación, le fue dada en la parroquia de Nuestra Señora de Chiquinquirá de El Santuario por Mons. Joaquín Pardo Vergara, arzobispo de Medellín.

  • Padrino: Manuel Gómez.

Era párroco el P. Lubín Gómez Hoyos, su tío materno (Libro Il, Folio 147).

De escasos 8 años, apenas se iniciaba en el ejercicio de su razón, recibió la gracia del Espíritu Santo y se hizo soldado generoso y fiel de Jesucristo.

1904-1913

Estudios, en la Escuela Urbana y en el Colegio San Luis de El Santuario. Se distinguió por la piedad, la obediencia, la pureza de costumbres, Ia dedicación al estudio y el carisma de reconciliar a sus compañeros.

Los ejemplos de su hermano, el P. Andrés María y los consejos de su tío el P. Lubín Gómez Hoyos lo animaron en el camino de su vocación al sacerdocio.

1914

Ingreso al Seminario de Medellín. Era rector el P. Abel María Naranjo. EI Seminario ocupaba puesto distinguido en el país, como centro de preparación académica y casa de formación sacerdotal.

1918

Marzo 16. Tonsura. A los 22 años inició su última etapa hacia el sacerdocio. Se destacó por la piedad, el cumplimiento del deber, la aplicación al estudio, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y a la Virgen de los Dolores.

1919

Abril 5. Primeras Ordenes Menores.  Ostiario y Lectorado. Recibió simbólicamente las llaves del templo, casa de Dios y la facultad de ser lector en el mismo.

1920

Marzo 14. Segundas Ordenes Menores.  Acolitado y Exorcistado. Fue autorizado para servir al altar como acólito y para hacer exorcismos.

1921

Marzo 12. Subdiaconado. Dio el paso definitivo hacia el sacerdocio comprometiéndose a guardar el celibato y al rezo de la oración litúrgica de la iglesia

En estos compromisos fue fidelísimo hasta la muerte.

Noviembre 1. Diaconado. Se hizo responsable de la diaconía (espíritu de servicio) de la Iglesia y del trato de la Santa Eucaristía. Su vida estuvo siempre marcada por el servicio y distinguida por la fe, la reverencia y el amor a Cristo en el

Santísimo Sacramento.

1922

Marzo 11. Presbiterado. Consagrado sacerdote por Monseñor Manuel José Cayzedo, arzobispo de Medellín, logró la realización de su ideal – Sacerdote para siempre al servicio del Pueblo de Dios.

Abril 3. Vicario Cooperador de la Parroquia de San Roque que tenía como párroco al Pbro. Abraham Jaramillo.

Estrenó su ministerio con ardiente celo apostólico que nacía de su fervorosa oración. Sus feligreses lo llamaron «lámpara del Santísimo» por su manifiesta devoción a la Santa Eucaristía.

1923

Enero 20. Rector del Colegio San José de Marinilla.

Su capacidad intelectual, sus dotes de organizador y su madurez lo pusieron como educador al frente de la juventud.

La historia del Colegio San José califica su rectorado como «fecundo y benéfico «. Duró de enero de 1923 hasta diciembre de 1928.

Junio 5. Confesor Extraordinario de las HH.de la Presentación de Marinilla.  Comenzó así esta calificada labor pastoral en la que habría de consagrar muchísimas horas de su vida.

1929

Marzo 3. Vicario Cooperador de El Santuario. Dos años largos sirvió a su pueblo natal, orientado por el virtuoso párroco Pbro. José Ignacio Botero. Dejó profundas huellas de virtud, de trabajo pastoral a favor de la juventud y de ayuda generosa a los pobres.

1931

Junio 5. Capellán del Noviciado de las Religiosas de la Presentación de Medellín.  Dejó la parroquia, como él mismo dijo: «sin titubeos porque veo en mi traslado la voluntad de Dios que es lo único que me preocupa. Como Capellán fue testimonio claro y creíble de virtud sacerdotal, oración y carisma de dirección espiritual.

1933

Enero 19. Capellán de las Religiosas del Sagrado Corazón.

Mayo 26. Confesor ordinario de las Religiosas del manicomio de Medellín.

1934

Viaje al Congreso Eucarístico de Buenos Aires, Argentina. En tan magno acontecimiento eclesial su corazón ardió en amor al Sacramento del Pan y del Vino.

1935

Marzo 23. Confesor ordinario de las Religiosas del Colegio de la Presentación y dela Casa de Jesús, María y José.

Noviembre 1. Confesor ordinario de las Religiosas de la Presentación del Noviciado de los Ángeles. La Providencia Divina lo preparaba para la gran tarea que le tenía reservada: la orientación espiritual de los futuros sacerdotes.

1936

Enero 16. Director Espiritual del Seminario Conciliar de Medellín. Allí lo esperaba el Señor, como en campo propicio para tan delicada tarea. El apóstol estaba preparado y se consagró por 21 años ejemplarmente a los que aspiraban al sacerdocio.

1938

Febrero 1. Profesor de teología dogmática fundamental en el mismo Seminario.

1942

Abril 19. Visitador de la Congregación de Misioneras de la Madre Laura. Esta benemérita Congregación lo reconoce como benefactor insigne en momentos difíciles.

Viaje a Ecuador. Para cumplir el encargo recibido, visitó las Comunidades de las Misioneras en ese país.

1947

Febrero 13. Capellán de la Escuela de Ciegos y Sordomudos de Medellin, sin dejar la dirección espiritual del Seminario. Sólo Dios sabe el bien que hizo en medio de estos limitados que lo amaron como padre y le agradecían como benefactor.

Viaje a Estados Unidos. El aneurisma que sufría desde su juventud y que ocasionó dificultades para su ordenación, le exigió un viaje a la ciudad de Rochester, sin los frutos deseados.

Visita a las Misioneras de la Madre Laura de Cartagena y Barranquilla.

EI P. Antonio vivió convencido de que el camino al sacerdocio se había franqueado por la intercesión de San Gabriel de la Dolorosa, a quien profesó especial devoción y cuya fiesta celebraba cada año.

1948

Junio. Aparece el primer número de «Sé Apóstol», revista mensual al servicio de la Cruzada Eucarística. El P. Antonio fue fundador y director.

1951

Agosto 31. Asistente arquidiocesano de la Cruzada Eucarística. Allí brilló como un apóstol audaz, creativo y celoso.

Cuanto le deben la niñez y la juventud.

1956

Diciembre 22. Por quebrantos de salud debe dejar el Seminario es nombrado Capellán de las Religiosas Carmelitas de clausura de El Poblado. Este grupo de contemplativas se benefició con la presencia, el testimonio de vida, la experiencia de oración y el carisma de director

espiritual del P. Antonio.

1958

Septiembre. Apareció el primer número del Boletín «In Corde Jesu» para los sacerdotes diocesanos. Órgano de la Unión Apostólica. El celo del P. Antonio a favor de los sacerdotes lo llevó a trabajar en la Unión Apostólica. Fundó el boletín como

«lazo de unión y amistad».

1959

Por nombramiento del arzobispo de Medellín y a solicitud del Señor Obispo de Sonsón, colaboró en la dirección espiritual del Seminario de Cristo Sacerdote, de La Ceja (Ant) durante todo el año.

1966

Octubre 24. Viaje a España a la ordenación sacerdotal de un pariente.

1967

Febrero 5. Canónigo magistral. Con sotana usada que le prestaron se posesionó ante Mons. Tulio Botero Salazar, Arzobispo de Medellín. Fue admirado por su espíritu fraterno, su puntualidad, su asiduidad al confesionario y su amor a los pobres.

1971

Febrero. Creación del «Fondo Sacerdotal para los Pobres».

Fundado por el P. Antonio en el tiempo de su penosa enfermedad. Decía: «Los sacerdotes no sólo debemos pedir para los pobres; debemos también compartir con ellos lo mucho o poco que poseamos».

Marzo 23. Muerte, mejor vida en la casa del Padre- Dios. Falleció en Medellín. Tenía 76 años. Sufría de un doloroso cáncer. La fama de santidad de que había gozado, se manifestó claramente a su muerte.

Marzo 24. Traslado de su cadáver a El Santuario donde fue sepultado en el Convento de las Religiosas Concepcionistas anexo a la parroquia de San Judas. Su tumba es visitada por los fieles, seguros de su valimiento ante el Señor.

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