Novena a

San Judas Tadeo

Novena a San Judas Tadeo – Tercer día

Por la Señal de la Santa Cruz….

Jesús, mi Señor y Redentor: Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos, ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.

Oración al Espíritu Santo

Espíritu Divino, dador de todo bien, derrama en mi alma el rocío de tus gracias, y enciende en mi corazón el fuego del amor divino, para que ayudada mi alma con el poder de tu gracia, llegue a imitar los ejemplos y virtudes de nuestro excelso Apóstol San Judas Tadeo. Amén.

Oración a María Santísima

Dulcísima Virgen María, Madre de Dios y Señora nuestra. Madre adorable de los Apóstoles, en quien depositó el Señor la fe de toda la Iglesia. Tú eres la dispensadora universal de las gracias, concédeme el favor que por medio de San Judas Tadeo te pido en esta novena. Oh María consuelo de los tristes, auxilio de los que lloran, fortaleza de cuantos sienten desfallecer, escucha mis clamores, enjuga mis lágrimas y mitiga mis pesares. Amén.

Oración a San Judas Tadeo

El verdadero celo es la más clara muestra y resultado natural del amor a Jesucristo. Pues nada desea Jesús como la gloria de su Padre y la salvación de las almas. San Judas Tadeo manifestó su amor a Jesús y su gran celo por la salvación de las almas, no sólo con la predicación del Evangelio hasta las más distantes naciones, en donde por amor a Jesucristo dio su sangre y su vida, padeciendo glorioso martirio en Persia, sino que quiso dejarnos un recuerdo eterno al decirnos en su carta: “Vosotros empero queridos míos, acordaos de  las palabras que os fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, los cuales os decían que en los últimos tiempos han de venir unos impostores que seguirán sus pasiones llenas de impiedad. Estos son los que se separan así mismos de la grey de Jesucristo, hombres semejantes que no tiene el Espíritu de Dios”. 

Imitemos a San Judas Tadeo en el celo por la gloria de Dios y la salvación de nuestros prójimos con las palabras y el ejemplo de su vida consagrada al servicio de Jesús. 

Consideración para el día tercero: Amor de San Judas Tadeo

“El que me sigue, no anda en tinieblas”, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo, con las cuales nos exhorta a que imitemos su vida y costumbres, si queremos ser librados de la ceguera del corazón y alumbrados verdaderamente (imitación de Cristo).

Cuán pronta y generosamente siguió San Judas Tadeo a Jesucristo. Esto puede deducirse de su vida enteramente consagrada al servicio de Jesús, especialmente desde que fue llamado a ser uno de los doce Apóstoles. Fue siempre fiel a su Divino Maestro, del cual era pariente y uno de sus más celosos apóstoles, predicando el reino de Dios y enseñando con toda libertad, sin que nadie se lo prohibiese, la doctrina de Nuestro Señor Jesucristo.  

También tú, oh Cristiano, tienes una vocación aquí en la tierra, aunque no sea de predicador del Evangelio y de extender el reino de Dios como el sacerdote o misionero. Estás llamado a ser buen cristiano, dar buen ejemplo al prójimo con paciencia, humildad, obediencia  y todas las demás virtudes cristianas.

¡Oh glorioso San Judas Tadeo! Haz que mi vida corresponda al nombre de cristiano que llevo, y que en mis pensamientos, palabras y obras no exista cosa que desdiga mi dignidad de miembro de nuestro Señor Jesucristo y de Hijo de la Santa Iglesia. Amén. 

Gozos a San Judas Tadeo

Oh discípulo sagrado de Jesús mi Redentor
Sé nuestro fiel abogado, ante el trono del Señor.

Oyendo la voz divina seguiste a tu salvador,
De su santa doctrina fuiste predicador,
Haz que la siga constante y la cumpla con fervor.

Apóstol infatigable, la verdad contra el error sostuviste,
Y admirable conquista para el Señor
dio tu celo acreditado de fe, esperanza y amor.

Los pueblos donde predicabas te clamaron protector,
Salud y vida les dabas cual insigne bienhechor.
Escucha los ruegos de tus fieles
Que en esta basílica te aclaman como bienhechor. 

Oye tú nuestras plegarias dispénsanos tu favor,
Jesús que tanto te ama ornó de carne el lirio
Con la sangre del martirio que vertiste por amor,
Pues tales ejemplos diste al justo y al pecador. 

En casos desesperados en desgracia y en dolor,
Los que están desempleados, en zozobra y en error,
Acuden a ti confiados porque eres su protector.

Los enfermos que ya sienten de la muerte el estertor,
A ti acuden con fe viva en su llanto y gran dolor,
Y tú le miras benigno siéndoles su intercesor.

Oh discípulo sagrado de Jesús mi Redentor
Sé nuestro fiel abogado, ante el trono del Señor.

Oración final

Oh Apóstol de nuestro Señor Jesucristo, aclamado por los fieles con el dulce título de Abogado de los casos desesperados, hazme sentir tu intercesión aliviándome de la necesidad en que me encuentro. Por el estrecho parentesco que te hace primo hermano de nuestro Señor Jesucristo, por las privaciones y fatigas que por él sufriste, por el heroico martirio que aceptaste gustoso por su amor. Por las promesas que el divino salvador te hizo de consolar a los fieles que acuden a tu santa intercesión; obtenme del Dios de las misericordias y de su Santísima Madre la Virgen María, la gracias que con limitada confianza y fe te pido. Oh san Judas bondadoso, seguro de que me obtendrás siempre lo que convenga a la gloria de Dios y bien de mi alma. 

Glorioso apóstol San Judas Tadeo abogado de los casos desesperados, ruega por nosotros. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Explicar la devoción y cómo se reza.

En las páginas internas, va cada uno de los días, las meditaciones.

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